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2001, arthur c. clarke, asteroides, ciencia ficción, cita con rama, ficción científica, las aventura de las luces azules, narrativa española actual, novelas de aventuras, odisea del espacio

(Foto de la NASA)
El primero es un asteroide, de los que hay muchísimos. Su tamaño típico es el de una montaña (una decena de kilómetros de lado a lado), aunque los hay más grandes, y otros muchos más pequeños.
Todos ellos circulan alrededor del Sol siguiendo sus elípticas órbitas, y alguno, de vez en cuando, choca contra otro. Si chocan dos de ellos (suceso muy improbable) se produce un encuentro catastrófico, y si son de masa similar, se disgregan en multitud de trozos que continúan recorriendo (más o menos) su órbita original. Si uno es mucho mayor, lo que sucede es que el grande se come al chico, como los peces, y con una nueva cicatriz también continúa (o casi) su inalterable trayectoria.
Si lo que sucede (aunque esto es aún más raro) es que una mole de estas se precipite e impacte sobre un cuerpo mucho mayor, un planeta o alguno de sus satélites, se produce un acontecimiento de magnitudes astronómicas. Los fuegos artificiales son de concurso, rayos y centellas como nunca podríamos imaginar…, pero, en fin, esto nos coge muy lejos y poco nos afecta.
Y queda una posibilidad. Si el encuentro se produce entre dos mundos muertos no sucede nada, aparte de los fuegos artificiales que he citado, pero si uno de ellos es un planeta de ciertas dimensiones en el que ha prosperado la vida (como puede ser la Tierra), el suceso puede cambiar (y de hecho suele hacerlo) el estado de las cosas, el frágil equilibrio que permite que la vida prospere, hasta el extremo de, si el asteroide tiene el suficiente tamaño, acabar por completo con esa vida y que no quede quien lo cuente.
Desde la última vez que en la Tierra sucedió algo parecido ha transcurrido la friolera de 60 millones de años, y aquella catástrofe ―que catástrofe fue, y de las gordas― provocó que los dinosaurios, que eran los que entonces mandaban en este planeta, se extinguieran, dando paso a la eclosión de los mamíferos, que desde entonces no han cesado de crecer hasta llegar a ser los amos de nuestro mundo, como sucede hoy. De forma que aquí se ve eso de que no hay mal que por bien no venga (o lo de que cuando Dios cierra una puerta abre una ventana), pues si no se hubiera producido semejante desastre, ni yo estaría aquí escribiendo esto, ni usted estaría ahí leyéndolo.
El segundo objeto que traigo a esta divagación también es extraterrestre, e incluso extrasolar. Es decir, algo que ha llegado desde allende los insondables espacios interestelares. Lo que sucede es que este nuevo cuerpo no pertenece al reino de la ciencia, sino al de la ficción.

Se trata de un recreación del interior de Rama, objeto que aparece en la novela de Arthur C. Clarke llamada Cita con Rama. En ella se cuenta la llegada al Sistema Solar de un objeto atípico, algo que nunca se había observado, un cilindro de superficie pulida, quince kilómetros de ancho y sesenta de largo…
¿Qué es eso?, se preguntan los científicos, y dispuestos a averiguarlo envían una nave tripulada que se pose sobre él e investigue a qué se están enfrentando.
Los astronautas llegan, consiguen entrar dentro del cilindro (por supuesto, sin romperlo ni mancharlo), y encuentran algo que nadie esperaba. Allí hay un mundo oceánico, océano que, dado que el cilindro gira, se dispone cubriendo las paredes de tan voluminoso objeto…
Esto es lo que representa la imagen que antecede. Lo que se cuenta en la novela, de la que sólo he narrado el principio, merece la pena ser leído. Quien la escribió, Arthur C. Clarke, era físico y sabía de lo que hablaba, luego no dice tonterías sino que todo se ajusta a la más estricta realidad, y además era un buen escritor al que da gusto leer. Es el autor, por ejemplo, de la novela 2001, odisea del espacio, que dio origen a la famosísima película de Kubrick, o de El fin de la infancia, Cánticos de la lejana Tierra, etc.
Lo digo por si alguien no ha leído este libro, para que lo haga.
Aprovecho la ocasión para recomendarles que echen un vistazo a un blog que he abierto y va a estar dedicado a glosar los múltiples y diferentes aspectos de una de mis novelas (La aventura de las luces azules, también llamada Europa barroca), narración que, entre otros, asimismo se refiere a estos asuntos del futuro.
El blog es este:
https://laaventuradelaslucesazules.blogspot.com/
El libro al que se refiere aún no está publicado, pero espero que lo esté en breve.

Y como de costumbre, aquí se pueden ver otros libros.